Para D. V. C.
Cuando el palindromista supo que su amiga ya no se desnudaba, exclamó:
—Osé: ¿ella hoy no se desnuda? Dad un… Sé de son yo: hallé eso.
Ardes, sed. ¡Ra!
Para D. V. C.
Cuando el palindromista supo que su amiga ya no se desnudaba, exclamó:
—Osé: ¿ella hoy no se desnuda? Dad un… Sé de son yo: hallé eso.