A J. D., modelo captada por la cámara
sonriendo entre bastidores de un desfile
Tus pechos me mostrabas
—en foto, por supuesto—
y nunca me los dabas.
Tras un bikini estabas,
mas créeme, soy honesto:
tus pechos me mostrabas.
Muy quietos los dejabas
y su quietud me ha puesto
y nunca me los dabas.
Mi mente la tomabas:
si solo yo me acuesto
tus pechos me mostrabas.
Tus labios los curvabas
dejándomelo enhiesto
y nunca me los dabas.
¿A quién se los guardabas?
Yo solo aprendí esto:
tus pechos me mostrabas
y nunca me los dabas.