Para L. S. H.,
que temía a las turbulencias aéreas
No temas de los vientos la estridencia
cuando a tu avión remuevan y golpeen,
que todo pasará: tenles paciencia.
El viento sabe bien cuál es su audiencia
y a todos hace que se zamaqueen.
No temas de los vientos la estridencia.
La calma romperán, y su potencia
quizá te haga temblar; pero ten fe en
que todo pasará, tenles paciencia.
Pues todos moriremos, no es demencia
la calma mantener cuando apaleen.
No temas de los vientos la estridencia.
¡Cuidado con los necios! En su ciencia
se saben pasajeros, mas no creen
que todo pasará. Tenles paciencia.
A ellos teme más, a su carencia
de seso y de humildad —es que no leen—.
No temas de los vientos la estridencia,
que todo pasará: tenles paciencia.