Un corredor de bolsa en la quiebra escucha el deseo íntimo de su corazón y le cuenta a un amigo de su conversión espiritual Publicado el 13 diciembre, 201410 marzo, 2016 de El bachiller Sialer —¡Ay, ida la bolsa! Mas oí: «Deseo ese Dios». —¿Ámaslo, baladí? —Ya. Que se sepaPocketImprimirMásLinkedInTwitterFacebookTelegramWhatsAppCorreo electrónicoMe gusta esto:Me gusta Cargando... Relacionado