La selección peruana de fútbol: hitos de una historia

¿Una historia de la selección peruana de fútbol? ¿Que incluya momentos sabrosos como la victoria sobre Francia en el amistoso de París de 1982 con gol de Juan Carlos Oblitas? ¿O la goleada que le dimos a Chile en el Clásico del Pacífico de 1995 en Lima, con tres goles de Maestri y otros tres… Seguir leyendo La selección peruana de fútbol: hitos de una historia

El fútbol, o la vida sobre el césped

¿Cómo se siente cuando uno sale a la cancha? La noche ha quedado cegada por los reflectores. La imagen de una tribuna exultante se yergue sobre nosotros. Sobre el césped artificial de La Bombonera, dispuestos a alcanzar algo que para abreviar llamaremos la victoria, el Borussia Dortmund y el Inter de Milán esparcen a sus… Seguir leyendo El fútbol, o la vida sobre el césped

O tetracampeão!

Venga un puñado de impresiones luego de la final de Brasil 2014. Qué alivio no ser futbolista: no podría andar con los brazos todos tatuados. ¿Cómo se hizo esa herida Schweinsteiger, acaso tan punzante es un manazo? Qué guapas las novias de los alemanes. Así cualquiera campeona. ¿Qué hay en un apellido impronunciable o en… Seguir leyendo O tetracampeão!

#SiPerúGanaHoyPrometo

Inspirado por un hashtag de Twitter, a horas del partido entre Perú y Uruguay por las eliminatorias de Brasil 2014 Si Perú gana hoy, prometo con un pisco brindar, un beso a alguna dar y tenerlo bien secreto. Si Perú gana hoy, prometo una sextina dar —así sea fea sin par y de ingenio muy… Seguir leyendo #SiPerúGanaHoyPrometo

Nocturno agitado. Cuatro escenas pequinesas con coda limeña

Pekín y Lima tienen seguramente muy poco en común; como, por ejemplo, el hecho de que ambas ciudades viven en mí en estos días: una pues porque en fin; y la otra, pues por la TV. Por ejemplo, de noche, anteayer. 1 Veía yo de madrugada la competencia de ciclismo BMX -que es una especie… Seguir leyendo Nocturno agitado. Cuatro escenas pequinesas con coda limeña

Las pesas de la vida. Relato pequinés

Confieso que he amado mujeres más fuertes que yo. Tenían cuatro o seis veces mis brazos, y levantaban hasta más de dos veces mi peso, pero no me importó: aprendí a quererlas. No recuerdo qué día fue de esta semana, sólo recuerdo que era ya bien entrada la noche, y que estaba viendo la gimnasia… Seguir leyendo Las pesas de la vida. Relato pequinés