No quieras de mi verso las canciones
sino los besos vivos de mi boca,
que todo lo que tocan lo hacen sones.
Silenciosos avanzan los peatones.
Tu voz en mi cabeza me disloca.
No quieras de mi verso las canciones.
Tus labios en mi mente los dispones
y la imaginación se me desboca,
que todo lo que tocan lo hacen sones.
Callado en una fiesta bebo rones:
tu mano no es el vaso que me toca.
No quieras de mi verso las canciones.
Las fotos de tu Facebook, tus facciones
en ansiedad mi pecho ya las troca,
que todo lo que tocan lo hacen sones.
Los árboles del parque corazones
ostentan de algún mísero que invoca:
«No quieras de mi verso las canciones,
que todo lo que tocan lo hacen sones».